sábado, 8 de diciembre de 2007

Recursos del inconsciente

Historias muy diversas se aferran al diván. Pero algunas son muy insólitas como la que se narra en La mujer ilustrada, cuento incluido en Las maquinarias de la alegría, de Ray Bradbury.

El psiquiatra George C. George recibió un día una visita particular. La señora Emma Fleet buscaba aumentar su peso que ya rondaba por los 200 kilos. Según ella, su cuerpo estaba todo ilustrado y no cabía espacio para que su marido tatuara más figuras en esa piel que ese señor minúsculo había buscado como tela. Por lo tanto, Fleet creía que su marido la abandonaría tras finalizar aquella "obra maestra". Dejaría de vivir esa loca aventura que comenzó hace 8 años cuando se cruzaron por la vida.


Pero no todo es lo que parece. Estos seres tan diferentes físicamente son tan iguales en cuanto a la vulnerabilidad. Juntos desarrollan una feliz locura que los ayudará a combatir la discriminación y la soledad.